Dos hermanos serían los cabecillas de una empresa criminal
señalada de vender ilegalmente pasajes de Transmilenio y del Sistema Integrado
de Transporte Público (SITP), en los paraderos conocidos como Parque Esperanza,
CAI San José y El Jardín, y otros puntos ubicados en la localidad de Bosa, en
Bogotá.
14 personas harían parte de esta organización criminal
conformada, en su mayoría, por integrantes de dos y tres familias que
convencían a esposas, hijos, primos y amigos de participar en las actividades
ilícitas. Todas fueron capturadas en diligencias simultáneas cumplidas en el
sur de la ciudad por la Policía Nacional, a través de la Dirección de Tránsito
y Transporte. En los operativos se incautaron más de 300 tarjetas de Transmilenio,
Tu Llave y Tu Llave Plus.
Un fiscal de la Seccional Bogotá presentó a los detenidos
ante un juez de control de garantías del complejo judicial de Paloquemao y les
imputó los delitos de concierto para delinquir, estafa y fraude a subvención.
Los cargos no fueron aceptados por los procesados.
Investigación
La actividad ilegal de venta de pasajes para transporte
público quedó en evidencia durante una auditoría hecha a tres paraderos en la
localidad de Bosa, en los que se encontró un número exagerado de tarjetas, por
encima del promedio autorizado y de la capacidad habilitada.
En las verificaciones también se constató, por ejemplo, que
con un mismo plástico se registraron cinco ingresos a diferentes buses, en
apenas una hora.
Una banda delincuencial sería la responsable de la venta
masiva de pasajes de Transmilenio y SITP en Bosa. De acuerdo con los elementos
probatorios recopilados, los supuestos integrantes de esta organización ilegal
ofrecían tarjetas a $2.000, por debajo del valor autorizado por la alcaldía de
Bogotá y reforzaban su ofrecimiento con carteles. Así recorrían los paraderos y
conseguían clientes. La mayoría de las tarjetas eran personalizadas y tenían
beneficios de descuentos para adultos mayores, personas con puntajes bajos en
el Sisbén o en condición de discapacidad. Las rebajas alcanzaban el 10 y 50 por
ciento, los vendedores de los pasajes ilegales ganaban al menos el 50 por ciento
del valor de cada viaje y en una hora realizaban hasta 50 transferencias.
A muchos de los plásticos les fueron borrados los códigos y
números de registro para evadir el posible rastreo o que se conociera el
verdadero origen.
Las investigaciones permitieron conocer que la banda
delincuencial alcanzó a realizar 755.000 validaciones o ventas de pasajes, lo
que significaría pérdidas mensuales para el Distrito de 406 millones de pesos. Por estos hechos, un juez de control de garantías
de Bogotá impuso medida de aseguramiento privativa de la libertad de tipo
domiciliario a ocho de los 14 capturados, entre ellos a los hermanos
Chiguazuque Pantano, señalados cabecillas de la banda delincuencial.Los demás
detenidos quedaron en libertad y seguirán vinculados al proceso judicial.
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