Se
trata de Nicolás Rodríguez Bautista, alias ‘Gabino’; Israel Ramírez Pineda,
alias ‘Pablo Beltrán’; y Eliécer Herlinton Chamorro Acosta, alias ‘Antonio
García’.
Los
jefes guerrilleros son señalados como presuntos autores mediatos de homicidio
agravado de los periodistas Julio Daniel Chaparro Hurtado y Jorge Enrique
Torres Navas, ocurrido el 24 de abril de 1991 en el municipio de Segovia
(Antioquia).
Mediante
el proceso, que se adelanta en Ley 600, el ente investigador determinó que los
dos comunicadores viajaron hasta Segovia para recaudar información que les
permitiera narrar en una crónica los hechos sucedidos el 11 de noviembre de
1988, en lo que se conoció como la ‘Masacre de Segovia’, y que dejó 46 personas
asesinadas y 45 más heridas producto de una incursión paramilitar de un grupo
comandado por Fidel Castaño Gil.
Los
vínculos del ELN
La
investigación permitió establecer que el homicidio de los dos periodistas fue
ejecutado por integrantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) quienes
creyeron que los hombres que recién llegaban de Bogotá (3:30 p.m.) hacían parte
de la inteligencia militar.
Durante
el recaudo de pruebas, los investigadores de la Fiscalía determinaron que estas
personas fallecieron por “circunstancias que imposibilitan el ejercicio de la
acción penal contra ellos”, según el fiscal del caso, quien agregó que el
actuar de los milicianos del ELN, que hicieron efectivo la muerte violenta de
Chaparro y Torres, no fue una decisión aislada sino que correspondió a órdenes
impartidas por sus superiores en la agrupación armada ilegal.
Crimen
de guerra
El
asesinato, ocurrido hace 28 años, fue declarado como “Crimen de guerra” por la
Fiscalía General de la Nación en diciembre pasado. “Eran civiles que no participaban
en el conflicto”, argumentó el ente investigador tras recordar los tratados
internacionales suscritos por el Estado colombiano, por cual consideró
aplicable las normas del Derecho Internacional Humanitario.
En
este caso, la investigación da por probado que con las muertes de Chaparro
Hurtado y Torres Navas se cumple claramente el nexo con el conflicto interno, y
que no fueron asesinados por su condición de periodistas.
“Aquí
las milicias del ELN actuaron en acatamiento a su misión de combatir a las
fuerzas del Estado y opositores a sus objetivos de lucha, con el convencimiento
de que las víctimas eran miembros de inteligencia militar, a quienes por demás
catalogaban como aliados de los paramilitares, otros de sus enemigos naturales
en este extenso conflicto colombiano”, precisa la Fiscalía y agrega que con
estos dos asesinatos se incurrió en el llamado “homicidio intencional”.
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