Por
considerar que la pena por esa conducta debe ser de 50 años de prisión, tanto
la Fiscalía como el representante de las víctimas apelaron la decisión.
La
investigación estableció que el día de los hechos el agresor quitó los
bombillos del primer piso de la casa para evitar ser visto, violentó las
guardas del cuarto donde la víctima descansaba y le propinó una golpiza. Luego,
con un destornillador la atacó causándole múltiples heridas.
Los
hijos de la mujer relataron que su padre y un amigo de él eran los únicos que
estaban en la casa, confirmaron que los vieron en los pasillos y escaleras
luego de escuchar varios gritos escalofriantes. El cuerpo de la víctima fue
descubierto al día siguiente por uno de sus hijos.
El
crimen fue cometido con sevicia, premeditado y con extrema violencia, según
evidenció el proceso investigativo, porque la mujer desde hacía varios meses se
había separado de Gallego, pero vivían en la misma residencia y ella intentaba
reiniciar su vida sentimental con una nueva persona.
Durante
el juicio varios de los testigos certificaron que el agresor la maltrataba
verbalmente de manera continua señalando que tenía un amante y no permitiría
eso. En varias ocasiones la golpeó y echó de la casa familiar.
Entre
las evidencias de los maltratos que reposan en la Fiscalía, existe un video en
el cual se ve a Gallego intentando agredir con un cuchillo a María Natividad.
Por
su parte, otra persona testificó que el feminicida buscó a varios delincuentes
para que realizaran un atentado contra su esposa pero los presuntos sicarios no
aceptaron porque conocían a la víctima o no realizaban las llamadas “vueltas” a
mujeres.
La
juez descartó versiones de la defensa del condenado sobre un posible robo por
cuanto el celular, dinero en efectivo y joyas de la mujer estaban en su cuarto.
Además
no fue tenida en cuenta por falta de elementos probatorios la hipótesis de una
posible venganza de varios familiares o anteriores pretendientes de María
Natividad.
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