En
el marco de la ofensiva nacional contra el delito ‘el que la hace la paga’, el
Gaula de la Policía Nacional adelantó una importante investigación en la
capital del país que permitió desarticular una de las bandas delincuenciales
más temidas en Bogotá de acuerdo a su modus operandi.
Todo
inició cuando se recibió la denuncia de un ciudadano que manifestó haber salido
en compañía de sus amigos a disfrutar de una velada de esparcimiento en un
frecuentado sector de la capital. En su relato, el hombre dice que lo único que
recuerda es haber entrado a un bar donde pidió algo de beber. Ya unas horas más
tarde despertó en su residencia, sin sus pertenencias, entre las que están
joyas y tarjetas de crédito, sin recordar que sucedió durante el transcurso de
la noche.
Una
vez percatado que había sido víctima de un atraco, descubre que de su cuenta
bancaria se habían hecho varias compras con sus tarjetas en una joyería ubicada
en el sector de San Victorino; es así como los investigadores del Gaula,
comienzan a realizar las labores de inteligencia e investigación criminal que
permitan dar con los culpables de este hecho, teniendo como una de las
hipótesis más fuertes que al parecer podría tratarse de una organización
criminal, y que por tal motivo podrían existir otros casos con más afectados.
Con
el pasar de los días los uniformados fueron encadenando otras denuncias sobre
hurtos con esta misma modalidad, los cuales como destino final siempre
terminaban con compras en esta joyería a través de las tarjetas robadas. Esta
macabra casualidad llevó a los policiales a encontrar una relación muy estrecha
entre uno de los empleados de la joyería, conocido como ‘Richard’, con dos
hombres conocidos en el bajo mundo con los Chachito’ y ‘Mono’, quienes en
compañía de una mujer conocida como ‘La Parcera’, eran los administradores de
dos bares situados en la localidad de Kennedy y otro muy cerca de la joyería en
el centro de la ciudad.
Conforme
avanzaba la investigación más detalles se iban descubriendo por parte de los
uniformados, entre los que están una mujer conocida como ‘Mami’, esposa de
‘Richard’, la cual tenía dentro de la organización, la función principal de ser
el señuelo aprovechando sus encantos. Una vez lograba llamar la atención de su
futura víctima, esta era llevada mediante engaños a los bares de los
administradores, cómplices de ‘Richard’, para luego después de tomar algunos
tragos, se les suministraba una sustancia que los dejaba en estado de
indefensión.
Al
lograr su cometido, procedían a secuestrarlos por varias horas en una
habitación dentro de los mismos bares, donde los despojaban de sus pertenencias
y se las entregaban a otros dos integrantes de la banda, identificados
‘Cachetón’ y ‘Moya’, quienes al tener en su poder las tarjetas de crédito y
débito con las claves de los cautivos, realizaban retiros por medio de cajeros
automáticos y compras en almacenes de cadena por cuantías que oscilaban entre
los 3 hasta los 110 millones de pesos.
‘Cachetón y ‘Moya’, fuera de sustraer el
dinero de las tarjetas, también tenían la función de trabajar como los
conocidos ‘haladores’, los cuales se encuentran a las afueras de los bares, con
el único fin de identificar personas que se encontraban en estado de
alicoramiento, para mediante engaños ingresarlos a los bares para escopolaminarlos
y posteriormente hurtarlos.
Ya
avanzada la investigación, se logró identificar a ‘Richard’, como el líder
principal de la banda “Los Transportadores”, siendo el encargado, además de
maquinar y direccionar el actuar criminal de la organización bajo su mando, de
en compañía de ‘Mami’, ser los únicos autorizados de tener acceso al datáfono
de la joyería donde se realizaban las compras con las tarjetas hurtadas. Todo
lo anterior con el pleno conocimiento de la dueña del establecimiento, conocida
como ‘La Tía’.
Una
vez recaudado el suficiente material de prueba por parte de los investigadores
en contra organización criminal, fue desplegado un operativo simultaneo en la
capital del país, donde se allanaron los tres bares que administraban los integrantes
de esta banda, encontrándose más de 20 tarjetas de crédito y débito,
alucinógenos, 304 botellas de licor adulterado que pudieron acabar con la vida
de muchas personas, drogas sintéticas, 5 celulares y cerca de 10 millones de
pesos.
Los
8 capturados fueron presentados ante la autoridad competente por los delitos de
secuestro extorsivo agravado en concurso homogéneo y sucesivo en concurso
heterogéneo, declarándoles medida intramural.
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